Estábamos almorzando en un bar del barrio del Carmen mi padre, el camarada Gonzalo y yo cuando entró en el bar una mole de 1'85 y de unos 95 kg. de peso. Pidió una cerveza y no paró de mirarme de arriba a abajo y al final se dirigió a mí y me preguntó si la totenkopf que llevaba de cinturón era porque si yo era nacionalsocialista. Yo le dije que sí y así fue como surgió una estrecha amistad entre Eduardo García y yo.
Eduardo era una persona sencilla, muy amable, lo daba todo y no le daba importancia al dinero. Tendría unos 21 ó 22 años cuando yo lo conocí. Era muy valiente pero cuando combatía cometía errores porque era escrupuloso con sus enemigos. No como yo que si les tenía que aplastar la cabeza lo hacía rápido y eficazmente, sin remordimientos. Es posible que si hubiera sido un "hijo de puta" peleando no lo hubieran matado. Siempre me decía que él no llevaba la pistola porque combatía como sus camaradas de a pie. Nunca se identificó como guardia civil en ninguna pelea e incluso tuvimos una detención en Benifaió y no lo hizo pero, fortuitamente, uno de los guardias civiles que nos detuvo había sido de su promoción. Políticamente hablando, su formación era excelente, tragaba libros de la Librería Europa sin parar y él me decía que quería dejarse el Cuerpo, que estaba cansado del mamoneo y de la corrupción que había ahí dentro.
A él le habían enviado a Benasal, un pueblo a unos 90 km. de Valencia, como Guardia Civil en dotación. Se había desplazado a Valencia para hacerse un tatuaje (un vikingo con un drakar de fondo). Andaba desorientado por un barrio que está a reventar de rojos y es donde más conflictos tenemos en Valencia pero tuvo la suerte de tropezar con uno de los tíos más abiertos de por aquí. A partir de ese momento, él bajaba mucho a Valencia ya que se juntaba con Gonzalo y conmigo. Se quedaba a dormir en mi casa ya que la distancia a su cuartel (se me identificó desde el primer momento como guardia civil) era grande y su coche lo había estrellado en una cuneta hacía poco. Por las noches salíamos Gonzalito, Miguelito, Eduardo y yo y las montábamos de lo más gordas por ahí. Nunca le vi dar un paso atrás en un conato de violencia o en una pelea en desigualdad numérica.
Esto fue el verano de 1.994. Por aquel entonces, yo estaba en la Asociación Ecologista Viento Opuesto que era una estructura de la organización Acción Radical pero me habían prohibido que lo llevara por si era un topo. Eso eran tonterías, su formación era excelente, mucho mejor que muchos de los mejores militantes de la propia organización. También nos desplazamos a Málaga poco antes de su asesinato donde fuimos muy bien acogidos por su familia y por los camaradas de allí. Un día estaba viendo yo el telediario cuando la noticia en T.V. fue los cabezas rapadas neonazis han atacado a un guardia civil y le han pegado una paliza que lo han ingresado en el hospital. Yo sabía que Eduardo llevaba 4 días destinado en Manresa ya que había solicitado su traslado seis meses antes. Esto sucedía sobre el 25 de julio del año 95.
Inmediatamente, mi cabeza empezó a pensar en él, en que podría ser él y que los SHARPS le habían atacado. Cogí el teléfono de Málaga, llamé a su madre y me dijo que Eduardo había fallecido aproximadamente unas 6 horas antes. Loco de rabia y de ira llamé a Gonzalo y a un amigo que también tenía mucha amistad con Eduardo y nos fuimos a un hospital del que no recuerdo el nombre de Barcelona. Allí tenían el cadáver de Eduardo con 4 puñaladas y diversas contusiones por todo el cuerpo.
El drama familiar era así de cualquier manera, su madre no paraba de preguntarme por qué habían matado a su hijo y su hermano me pedía que lo vengáramos. Todo lo que podía hacer en ese momento ya estaba hecho, era darle mi pésame a la familia y sentirlo con odio y lloros (nos había afectado a todo el grupo y había sido una pérdida terrible para el nacionalsocialismo). Esto transcurría sobre las 22:30. Como teníamos algo de información del lugar en el que habían asesinado a Eduardo, sacamos nuestras conjeturas y nos desplazamos a su cuartel de Manresa para informar sobre nuestras conjeturas y colaborar con la investigación policial para el esclarecimiento de su asesinato.
Llegamos al cuartel sobre las 23:45 y, allí en la puerta, habían dos guardias civiles de servicio. Solicité hablar con un oficial o el comandante de la dotación ya que iba a aportar datos para el desarrollo de una investigación sobre el asesinato de Eduardo, literalmente NOS TIRARON A LA CALLE, nos dijeron que no querían saber nada, que no se podía hablar con ningún oficial al mando. que no podíamos declarar, no nos tomaron ni los nombres, ni nos pidieron los DNI. En ese momento yo perdí el control, les dije que si sabían las actividades subversivas de Eduardo, los "marrones" que tenía en su taquilla (libros, panfletos...). Claramente era un activista nacionalsocialista. Empecé a insultarles con "han asesinado un compañero vuestro y os dan órdenes de tirar tierra encima del asunto, queréis un guardia civil enterrado con honores pero no queréis saber nada de las actividades de Eduardo". Resumiendo, estaba buscando que me detuvieran ya que tenía el apoyo de la familia de Eduardo y así, a lo mejor, podía destapar toda la treta que había cocido el Sistema en torno al camarada asesinado. Sin embargo, NUNCA estuve más seguro de que no me iban a detener, ni a mí ni al grupo. Media hora de humillantes insultos, apelaciones al honor, desprestigio al Cuerpo de la Guardia Civil y NO PASÓ NADA. Sólo nos invitaban a que nos fuéramos.
Sobre las 00:30 volvíamos para Valencia. Al día siguiente, en Valencia, me dirigí al diario LAS PROVINCIAS, hablé con el redactor jefe de todo lo acontecido, llevando fotos de Eduardo brazo en alto con nosotros y me dijo literalmente que ÉL NO PODÍA PUBLICAR QUE LO HABÍAN MATADO A 20 MTS. DEL LOCAL DE LA JUVENTUD (subvencionado por UGT y CC.OO., ambos organismos oficiales del estado) EN LAS RAMBLAS DE BARCELONA POR MILITANTES DEL CASAL DE LA JUVENTUD Y MUCHO MENOS QUE UN GUARDIA CIVIL PERTENECÍA A UNA ORGANIZACIÓN NACIONALSOCIALISTA. Resumiendo, estaban todos conchabados. Ya tenían la noticia sensacionalista, querían un Guardia Civil enterrado con honores y ninguna vinculación del mismo a actividades subversivas y clandestinas relacionadas con el nacionalsocialismo.
Llamamos a Málaga y hablamos con Roberto, que era quién llevaba (no recuerdo bien si Ofensiva Ibérica o Clan Celta) y coordinamos unos panfletos que se entregaron allí en su entierro. Aquí sacamos duplicados de nuestro material fotográfico y lo enviamos a todos los periódicos y medios de difusión de España. El único que hizo una pequeña publicación de nuestro escrito (una pequeña noticia informativa diluida entre todo el diario en la que decían haber recibido un comunicado de una organización nacionalsocialista junto con fotografías en la cual se explicaba la militancia de este guardia civil y que había sido asesinado por las fuerzas de la ultraizquierda del Casal de la Juventud, subvencionado UGT y CC.OO., organismos oficiales del Estado) fue el diario EL MUNDO que aunque no fue muy explicita le estamos agradecidos.
Al mes, recibimos una llamada de la Brigada de Información de la Guardia Civil y nos desplazamos a Barcelona dos personas para aportar datos sobre la investigación. Estas dos personas eran Eva y Gonzalo. Hablaron con un tal Bartolomé Díaz, que era un pez gordo de la Guardia Civil, encargado del esclarecimiento del asesinato. Se le aportó toda la información y conjeturas que habíamos elaborado con los pocos datos de que disponíamos.
No recuerdo bien si varios días o meses más tarde, recibí la llamada de un tal Víctor que era un guardia civil con familia, compañero de Eduardo en Benasal, que siempre se me identificó cuando yo iba a Benasal como un nacionalsocialista pero que él nunca participaría en una lucha activa porque tenía miedo, yo nunca lo consideré un nacionalsocialista pero le expliqué todo lo que estoy explicando ahora en este escrito.
Cinco años después, sigo sin saber la reacción que hicieron las fuerzas de seguridad en torno a su asesinato o si hubo detenidos o no los hubo. Si alguien supiera algo le rogaría que me enviara algo al adler1933@hotmail.com A ser posible una redacción de lo más completa.
MIS CONCLUSIONES del asesinato: Al parecer él llegó nuevo al cuartel de Manresa, conoció a un skin futbolero del Cuerpo de la Guardia Civil y se fueron a tomar unas cervezas y a conocer la ciudad de Barcelona. Iban dando vueltas por las Ramblas, creo que llevaba su bomber verde, entraron a un bar o pub de la zona y tuvieron una pelea con los guarros. Al parecer les dieron leña (Eduardo no era ofensivo sólo que si le hostigaban combatía) y continuaron por las Ramblas sin olerse que se estaban organizando en el Casal de la Juventud para buscar a los nazis asesinos. En nombre de la paz, de la democracia y de la libertad de expresión les atacó una maraña variopinta de moros y negros traficantes, guarros, punks, SHARPS y demás defensores de la paz y les rodearon en formación de media luna. Se inició el combate y según tengo entendido, por los comentarios con la familia y lo poco que hablamos con Bartolomé Díaz el skin futbolero salió por patas. La multitud se le echó encima a Eduardo (no era aficionado a llevar armas, navajas, etc.) y él con su envergadura y su potencia repelió la horda. A continuación se dirigió hacia una zona transitada para coger un taxi que lo llevara a un hospital ya que llevaba unos 4 navajazos, uno de ellos en la femoral, y varios golpes de cadenas o hierros por el cuerpo. Paró un taxi y éste mismo hizo caso omiso del herido (esto lo sacamos de Bartolomé Díaz). No sé por qué medios llegó al hospital donde murió ya que había perdido mucha sangre. Hay algo que me inquieta o que no me cuadra. Cuando una persona llega a un hospital por muy mal que lleve el cuerpo y mucha sangre que haya perdido si es joven, lo parchean y lo ponen a funcionar. ¿Por qué a Eduardo no le pudieron hacer eso?¿O es que llegó muerto?¿Qué tipo de lesiones llevaba? Supongo que no llegaré nunca a saber cómo mataron de verdad a este chaval de 21 años ni si el Sistema atrapó a los culpables o están impunes pero siempre seguiremos homenajeándole y su recuerdo siempre estará en nuestra memoria.
Agradecemos los camaradas y amigos personales de Eduardo que se le hayan dedicado canciones, camisetas y que no quede en el olvido, ya que es un asesinato con una trama claramente visible y era un camarada de los mejores. Os lo digo yo que lo conocí a fondo y llevo 15 años como activista nacionalsocialista. Cuando no quieren culpables no hay culpables.