martes, 26 de agosto de 2008

Ecos de prensa

Uno de los artículos que la época se escribieron sobre el asesinato de Eduardo. La mejor prueba de la documentación del periodista responsable de dicho artículo radica en que confunde hasta la fecha del asesinato de Eduardo…

Muere en Barcelona un guardia civil apuñalado en la femoral por un grupo de 'cabezas rapadas

'Dos agentes desarmados y de paisano fueron agredidos por una banda juvenil
FRANCESC PASCUAL - Barcelona - 27/07/1995

Eduardo Francisco García Gelber, un guardia civil de 21 años, falleció ayer en el hospital Clínico de Barcelona a causa del navajazo recibido en la arteria-femoral en una refriega con un grupo de skin-heads (cabezas rapadas). Pese a su fortaleza física, el agente no pudo superar la hemorragia y las dos intervenciones de urgencia a las que fue sometido.

Eduardo García y J. R. G., también agente de la Guardia Civil, iban vestidos de paisano y desarmados cuando fueron abordados en la madrugada del pasado martes por un grupo de cabezas rapadas que les intentaron robar. La agresión a los dos guardias se produjo en pleno centro de Barcelona a las 5.15 del martes. En la desigual pelea, un skin lanzó un navajazo que seccionó Ia arteria femoral izquierda y desgarró la vena: femoral de la rnisma pierna de García. La hemorragia era imparable. A cada latido del corazón se vaciaban las arterias del guardia.

Eduardo García, deportista consumado y de fuerte constitución, sólo pudo resistir 33 horas. Murió ayer "de un nuevo paro cardíaco, esta vez irrecuperable", según reza el parte médico. Un parte anterior ya permitía pocas esperanzas: parada cardiaca recuperada tras 30 minutos de reanimación, insuficiencia respiratoria aguda grave e insuficiencia renal grave.

Eduardo García será enterrado hoy en su Málaga natal. García estaba destinado en Martorell, ciudad cercana a Barcelona, desde el pasado día 14, y desempeñaba labores de agente rural. El martes se trasladó a Barcelona junto con su compañero J. R. G. para pasar la noche en los concurridos bares musicales del Port Olímpic. Allí coincidieron con guardias del cuartel de Sant Andreu de la Barca, población muy próxima a Martorell. Cuando dieron por terminada la diversión, los dos grupos de guardias tomaron caminos distintos. Eduardo y J. R. G. se fueron a buscar el tren que les llevaría de regreso a Martorell. Fatalmente, en el camino hacia la estación se cruzaron con la banda de delincuentes.

La policía y la Guardia Civil investigan entre los grupos que aglutinan violentos jóvenes rapados irracionales practicantes de la violencia gratuita.